El verano encuentra una pausa en un colchón de algodón, mientras que la briza matinal envuelve en una infinita paz. Pero mi corazón no se detiene y con más fuerza grita… a cada instante. ¡No lo pudo callar!
No callaré el amor que siento por ti, y que todo el mundo lo sepa, pues quiero compartir mi dicha, más me la reservo solo para ti, la mujer que hace brillar al límite mis días, calmar mi sed de sueños y deseos, mi compañera de viajes espirituales, d caricias sinceras, de consejos anímicos…
Tu supiste descubrir y extraer lo mejor de mi… y cada instante haces que quiera vivir cada emoción y sentimientos al límite.
Solo me queda agradecer el momento en que nos redescubrimos y de ahora en adelante no volveremos a estar solos… aunque físicamente estemos lejos, nuestros corazones están en sincronía perfecta con la vida…
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