He retomado mis armas,
mientras el sol en lo alto me brinda su bendición.
Hoy reconstruyo mi fortaleza,
mientras calmo mi impaciente alma.
Es el momento para sentar cabeza,
para observar y reencontrarme con la naturaleza.
Esperando desde el mirador de mi conciencia,
escuchando tranquilamente la melodía conjunta de viento y tiempo.
Mi sombra cuida mis espaldas,
mientras mi orgullo prepara las flechas.
Y aquel maldito renace de las cenizas que quedaron esparcidas
y se adentran nuevamente en mi ego.
Vuelvo a la tierra como un ángel caído,
sin dejar de lado la luz de mi camino.
Como cometas de fuego por los campos de trigo...
Es mi forma completa... como parte de la vida.
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