El teatro está abierto,
las butacas aterciopeladas por el algodón...
los espectadores ansiosos por la nueva función,
y el telón poco a poco se retira para dar el vamos a los actos contiguos
En el primer acto, el sol se roba la atención,
es un elipse hipnotizante lleno de fuerza y pasión.
Mientras el público idiotizado fríe sus cristales,
comienza el segundo acto.
La menguante eclipsante devuelve la calma,
pero nadie se percata que sus vidas están acabadas.
La belleza oscura solo es la excusa para olvidarse del mundo,
pero al mismo tiempo olvidan sus vidas.
Poco mas y la función ha de culminar,
y para éste acto muerte y tiempo aparecen en escena,
para éste momento la vida ha quedado en el olvido.
No hay aplausos, por que todo esto es parte de tu imaginación
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