El dia se hace noche,
mientras el calor se va disipando en la tierra humeda,
los colgantes verdes se menean con el viento,
y ante la cordillera, se presenta una capa gris.
Es la majestuosidad natural,
la que aun el humano no es capaz de controlar,
observar y nada mas...
una tension extrema que se apodera de la piel.
Los musculos se tornan rigidos...
los huesos se vuelven indebles,
la piel toma un aspecto rojo
y aun asi no dejo de vivir...
No importa donde sea...
la dicha de vivir es asi,
aprende del frio invierno que ha de venir,
y goza al maximo los rayos de sol que quedan por existir.
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