Mi cuerpo deja de flotar,
y cae al abismo que yo creé.
Las manos ensangrentadas,
la cara desgarrada.
El corazón partido,
el alma amoratada...
Nada de esto es mío,
es de alguien muy querido.
Las bestias se desatan una vez mas,
y la manada avanza con ferocidad.
Cierren las puertas de hierro,
por que caerán heridos por mi inconsciencia.
Temores, dolores, heridas...
el caos sobre sus cabezas,
y gente inocente muerta en mis brazos...
El pasado vuelve junto a la estupidez.