El canto se escribe sobre el humo que rodea éste lugar.
Y la luz de luna se posa sobre mis hombros,
abrazandome en silencio,
llevandome a un sueño perfecto.
Los árboles aplauden incesantes,
mientras el cielo se emociona con éste espectáculo.
Un puño retratando la belleza,
y mis ojos posados sobre la flama de una vela.
Todo en calma... sin prisas.
Todo al desnudo de la naturaleza,
un verso suave y delicado,
sobre un papel alborotado.